Intentando disimular para que me mires de reojo. Pero, oye chico, parece que hoy no es mi día, porque nisiquiera te has inmutado. Lo entiendo, la tienes a ella en mente. Asique, como siempre, doy la vuelta y me voy, a salir por ahí. Beber y olvidar, o, por lo menos, intentar encontrar un amor fugaz. De esos que no duelen.
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