martes, 18 de febrero de 2014

Golondrina

Y entonces
llegó ese día
en el que descubrí
''que las cuerdas atan'',
que las personas aíslan
pero también liberan,
que los lazos nos retienen
pero también nos dan el empujón
(que tanto necesitábamos)
para irnos.
Descubrí que quería volar
porque es necesario perderse
y tomar respiración en el momento adecuado
para marcar la diferencia
en situaciones circulares
con doble vertiente.

4 comentarios:

  1. Petit hirondelle....ese día siempre llega, el caso es no dejarlo pasar.

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  2. Petit hirondelle....ese día siempre llega

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  3. ¿Llevas un pequeño paracaídas contigo? A partir de ciertas caídas hay que andarse con más ojo, pero eso sí, no dejar nunca de volar.

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